Madrid 4:00 a.m. de la madrugada, la almohada empapada, vueltas y vueltas en la cama: la temperatura en esta noche estival supera los 27° grados centígrados. Marc y yo miramos con alivio las maletas al fondo de la habitación. Destino Suecia, más exactamente Laponia, una región situada a unos 200 km del interior del Círculo Polar Ártico. ¡Allí las temperaturas más fresquitas estaban aseguradas! Tras un poco de empacho de aeropuertos, Madrid-Estocolmo/ Estocolmo- Kiruna, del que nos salvaron la puntualidad y organización nórdicas, salíamos al exterior a eso de las 19:40. Un instante inolvidable en el que comprobamos en directo la indescriptible luz del “Sol de Medianoche”. ¡Impresionante se queda escaso! ¡Esa tonalidad de amarillo rojizo envolviendo un paisaje de verdes penetrantes que abarcaba hasta el horizonte! Empezábamos mejor de lo planeado. Una confortable cama helada Utilizamos un taxi compartido para llegar al hotel. Se trata de algo muy habitual en la zona y como